El faro de Ajo fue inaugurado en 1930, pero el proyecto data de 1907. En ese año se proyectó este faro como uno de los más importantes del Cantábrico, similar al faro de Cabo Mayor de Santander. Estaba prevista la construcción de una torre de 18 metros de altura, junto con una vivienda rectangular de dos plantas en la que podían vivir hasta 6 fareros, y sala de máquinas independiente.

Sin embargo, cuando en 1914 se electrifica el faro de Cabo Mayor, dada su mayor potencia, se cancela el proyecto por considerar que ya no es necesario. Desde el Ayuntamiento de Bareyo, al que pertenece Ajo, se insiste sobre su idoneidad y tras tres naufragios ocurridos en la zona se aprueba de nuevo el proyecto del faro en 1921, comenzando a construirse en 1928.

En agosto de 1930 se inaugura el faro de Ajo, más modesto que en la idea original, pues incluso la vivienda pasa a tener una sola planta. En 1980 el ingeniero Fernando Rodríguez Pérez proyecta  una nueva torre circular, realizada en hormigón, dejando el plano focal a 10,73 metros del suelo y a 71 metros sobre el nivel del mar. El faro original utilizaba una lámpara de acetileno que otorgaba un alcance de 15 millas. Mejoras posteriores sustituyeron el gas acetileno por una electro-batería, aunque manteniendo la óptica y la linterna existentes. Con esto se mejoró el alcance del faro llegando a las 17 millas náuticas.

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